Texto de la gente de Espai en Blanc de Barcelona

El combate del pensamiento

El combate del pensamiento es el combate por pensar el mundo. Pensar el
mundo no es la condición para transformarlo, sino ya el inicio de su
transformación. Hay que invertir la frase de Marx en sus tesis sobre
Feuerbach cuando afirmaba que los filósofos siempre se han dedicado a
pensar el mundo y que había llegado la hora de transformarlo. Ahora es más
que nunca el momento de pensarlo.

- El combate del pensamiento es la intervención en la batalla en la que se
decide quién y cómo construye la realidad. La construcción de la realidad
es, especialmente, la determinación de su sentido.

- Este combate no es un ejercicio intelectual realizado desde una torre de
marfil. Es una intervención práctica en la que realmente nos va la vida.

- La globalización neoliberal –la movilización global- ha sido el modo
victorioso de construcción de la realidad. La verdad del mundo, la verdad
que organiza el mundo, es la verdad del capital.

- Pensar la realidad implica romper las premisas que impiden pensar, se
trata de poder imponer nosotros mismos los problemas. En última instancia,
se trata de convertirse uno mismo en problema para la realidad.

- Abordar el problema del pensamiento, de la posibilidad de pensar hoy,
tiene que ser el inicio. Imponer el problema del pensamiento es el primer
momento del combate ya que hoy el pensamiento está asediado y desactivado.

- Las estrategias de desactivación no existen en el aire sino que
funcionan concretamente en: la escuela, la universidad, la empresa y los
mass media. La desactivación significa que las ideas funcionan para el
capital, ciertamente, pero sobre todo que la obviedad se impone como la
tautología de la realidad.

- Desactivar el pensamiento es expropriarnos de los saberes que nos
vinculan al mundo y a su transformación colectiva. La gestión actual del
conocimiento, la información, la opinión y la innovación es la forma que
actualmente toma esta expropiación. Necesitamos analizar y combatir sus
protocolos de legitimación.

- No defendemos el pensamiento abstracto sino un pensar situado. Pensar es
antes que nada pensar la interrupción del movilismo que reproduce esta
realidad para poder hacernos las preguntas que nos interesan. Pensar
significa contestar a ¿Cuál es tu combate?

- Pensar es, así, romper las premisas de lo que impide pensar. Así se
inicia un combate por el sentido del mundo en el que todos podemos estar
implicados. Pensar es agujerear la realidad.

- En este combate la educación toma hoy un nuevo protagonismo. ¿Cómo
tomarla en nuestras manos? ¿Cómo ir más allá del discurso ideológico
acerca de su crisis?